La epidemia obliga a replantear los recursos de apoyo psicosocial para las personas que conviven con el cáncer.
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- a Fundación Kālida ofrece gratuitamente acompañamiento emocional, práctico y social. Durante el 2019 atendió unas 6.100 visitas en su primer Centro Kālida junto al Hospital de Sant Pau; un espacio de unión y comunidad, ahora virtual.
- Con el cierre del Centro para evitar riesgos entre las personas con cáncer, ahora apoya por teléfono y en línea.
Barcelona, Abril 2020.- Las personas con cáncer son un grupo especialmente vulnerable por ser población de alto riesgo ante el posible contagio. Entidades como la Fundación Kàlida, han tenido que adaptar rápidamente su programa asistencial para seguir ofreciendo atención personalizada a los afectados por procesos oncológicos, que ahora la necesitan más que nunca.
Kālida inauguró su primer centro hace casi un año, ubicado al lado del Hospital de Sant Pau de Barcelona, inspirándose en el modelo de la ONG escocesa Maggie’s’, a cuya red internacional de centros pertenece, y que ha sido reconocida por el departamento de Salud del Reino Unido como ‘best practice’. Actualmente, dicha red dispone de 30 centros construidos junto a hospitales públicos de referencia en tratamientos oncológicos del Reino Unido, Tokyo, Hong Kong y Barcelona. Todos ellos, centros cerrados a causa de la Covid-19 y entre los que se comparten experiencias y aprendizajes para contribuir a mejorar el bienestar y la calidad de vida en esta nueva situación.
Kālida pone a disposición de las personas afectadas, sus familiares o cuidadores, un programa asistencial que se centra en la necesidad de acompañarlas de forma integral, es decir, incidiendo en dimensiones como la emocional, la corporal o la social, claves para su bienestar y calidad de vida durante la vivencia del cáncer. Psicooncólogas, enfermeras especializadas en soporte oncológico y trabajadoras sociales forman parte del personal que trabaja en Kālida, apoyadas siempre por personas voluntarias para la gestión diaria. Participan también nutricionistas, arteterapeutas, profesores de yoga, expertos en medicina del sueño, entre otros perfiles… Juntos, y de manera multidisciplinar e interdisciplinar, abordan muchos de los aspectos que complementan los tratamientos médicos de este colectivo.
Adaptados al nuevo escenario
A causa de la actual epidemia, Kālida se ha visto obligada a suspender temporalmente el acompañamiento que ofrecía en su primer Centro, reenfocando su el modelo de atención para poder seguir siendo útiles y relevantes para las personas con cáncer, especialmente ahora.
Los cambios, según explica el director de la fundación, Joan Reventós, han sido posibles gracias a que la entidad ya tenía habilitadas muchas de las herramientas de teletrabajo necesarias. “La reestructuración ha sido total en la forma de trabajar aunque, finalmente, estamos trabajando para hacer exactamente lo mismo que hacíamos antes de cerrar” afirma Joan Reventós. Se ha puesto a disposición de pacientes, familiares y cuidadores a todo el equipo de profesionales de la fundación para atender las necesidades anteriores al estado de alarma decretado, como las que han ido apareciendo durante estos días de confinamiento.
Por tanto, a pesar de que el centro está cerrado, el equipo asistencial ha seguido trabajando desde casa, contactando de forma proactiva con todas las personas que en un momento u otro han visitado el centro Kālida Sant Pau y les ha prestado el mismo apoyo que habitualmente les brinda de manera presencial.
Más que nunca, una necesidad
Durante estas últimas tres semanas Kālida ha estado en contacto con más de 675 personas, 60% pacientes y 40% familiares o cuidadores. Ha podido ofrecer 95 sesiones de terapia emocional individual, conducidas por psicooncólogas tituladas y de acompañamiento social, facilitadas por la trabajadora social.
También ha organizado distintas sesiones grupales de relajación (4), terapia grupal (2) y nutrición (1) mediante videollamadas en las que han participado cerca de 100 personas. Unas sesiones que dan satisfacciones como la que expresa Maite*, persona con cáncer que ha seguido confiando en la fundación a pesar (y sobretodo) por la situación actual:
“…Y hoy para la relajación, me puse pendientes… Fue un acto simbólico; desde que empezó esta situación no me los había puesto. Sabía que me iba a encontrar con ustedes…Gracias, gracias, gracias”
Maite(*).,Nombre ficticio para preservar su intimidad, participa en las sesiones de relajación en línea de Kālida durante el confinamiento.
Además de las actividades individuales y grupales ya en marcha, Kālida está desplegando nuevas iniciativas grupales en línea, tanto para pacientes como cuidadores; sesiones y cursos de arteterapia, de yoga oncológico, talleres de gestión de la ansiedad y del estrés así como una clínica social para asesorar sobre cuestiones relacionadas con la reorganización familiar, la laboral, o aspectos financieros o socioeconómicos. Todas estas actividades se desplegaran progresivamente mientras la actividad presencial no sea posible reiniciarla.
Convivir con el cáncer en plena pandemia: un reto muy difícil.
El diagnóstico de cáncer puede tener un efecto devastador sobre la persona, su familia y entorno cercano. En las circunstancias actuales, el alto riesgo de contagio y el aislamiento social están incrementando el miedo, la angustia y el malestar emocional de las personas inmersas en procesos oncológicos. A estas preocupaciones, se les añade la incertidumbre sobre sus tratamientos, porque en algunos casos están temporalmente suspendidos, se han retrasado o las pruebas de diagnóstico se han puesto en espera.
Otro de los desafíos que empieza a vislumbrarse es el impacto a largo plazo sobre aquellas personas con cáncer que no han podido estar con sus seres queridos al morir durante la pandemia. Por lo tanto, el trabajo de apoyo emocional y de gestión del duelo entre familiares y cuidadores será una necesidad creciente y relevante.
Kālida: entre la necesidad y la sostenibilidad.
Para la fundación el foco de atención durante la pandemia es seguir siendo útil a las personas que son el objeto de su misión y acompañarlas con el cáncer incluso en esta nueva situación. Pero, para estar a su lado, necesita el apoyo económico de personas, empresas e instituciones y así mantener y ampliar su capacidad asistencial cuando es más necesario. Todo ello debe conseguirse en un entorno social y económico en el que se prevé un gran impacto financiero sobre la recaudación de fondos privados y públicos tanto para este año 2020 como para el siguiente ejercicio. En este sentido, se han activado 2 campañas de recaudación distintas
- Captación de donativos para asumir los costes adicionales a la puesta en marcha del servicio telefónico y en línea (gracias a la colaboración de StockCrowd):
https://staging.fundaciokalida.org/es/historiasdetodos/
Sobre:
*Fundació Kālida, constituïda a finals del 2015 a Barcelona amb l’impuls de la Fundació Privada Nous Cims així com la Fundació Privada Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Kālida promou un model d’assistència psicosocial per a pacients amb càncer centrat en la persona. El seu objectiu és crear centres, situats a pocs metres dels Serveis d’Oncologia dels hospitals públics de referència en tractaments del càncer, amb espais per acollir i acompanyar les persones que ho necessitin així com als seus familiars, amics o cuidadors. Kālida s’inspira en el model d’atenció psicosocial de l’ONG escocesa Maggie’s, formant part de la seva xarxa internacional de centres. El primer centre a inaugurar-se fou Kālida Sant Pau, que obrí les seves portes al maig de 2018 dins el recinte històric de l’Hospital de Sant Pau de Barcelona.
Captación de Amigos de Kālida para obtener colaboraciones económicas regulares mediante la campaña Historias de Todos:
Premsa y gestió d’entrevistes
Noemi Polls
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Maria Pía Rodriguez
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