El diagnóstico de cáncer de uno de los padres o abuelos puede provocar una mezcla de emociones intensas. Tener un familiar con cáncer no es fácil. Ante una noticia de este tipo es frecuente sentirse bloqueado, triste, enfadado… Además, es habitual querer mostrarse fuerte por ellos y por el resto de la familia, mientras te desmoronas por dentro.
Si tienes hermanos y hermanas, cada uno puede reaccionar o afrontar la situación de forma diferente, todas son válidas. Tener un padre enfermo puede llegar a cambiar nuestro rol dentro de la unidad familiar. En la familia también puede haber nietos que tengan dudas y se preocupen por lo que está sucediendo. Los familiares de enfermos de cáncer deben ser tenidos en cuenta y es importante informarlos acorde a su edad.
Desde el momento del diagnóstico, la persona enferma puede tener opiniones firmes sobre el apoyo que quiere o, por el contrario, a veces puede no saber qué ayuda necesitará y tú tampoco.
A continuación, te presentamos 6 consejos que te ayudarán a seguir adelante dando a tu familiar con cáncer el apoyo y cuidado que necesite:
CONSEJOS PARA CUIDAR DE UN FAMILIAR CON CÁNCER
- Respetar la independencia
La edad no define el nivel de independencia de una persona, y es posible que tu padre o madre aún sea socialmente activo y lleve una vida normal y plena. Ellos pueden estar tristes y asustados por el cambio de sus circunstancias. Sin embargo, su cáncer puede ser curativo o ser estable durante muchos años. En este caso, es posible que valoren tu opinión, pero aún así querrán hacer lo que puedan por sí mismos.
Una forma sencilla de empezar ayudando es acompañar a tus padres a las citas médicas y escuchar la información de primera mano. Enumera todas las preguntas que podáis tener, para verificarlas con el personal médico. Infórmate sobre las opciones de tratamiento y respeta la elección de tus padres.
- Comunicación y cuidado
Establece formas de mantenerte en contacto con la persona enferma y con el resto de miembros de la familia. Ten siempre en cuenta que algunas personas valoran mucho la comunicación diaria, mientras que otras pueden preferir no modificar el contacto habitual. A medida que las personas envejecen, a menudo prefieren la rutina y, ante el exceso de cambios debido al cáncer y sus tratamientos, pueden sentirse incómodas . Si vives lejos, decide cómo os mantendréis en contacto.
Si crees que tú o tu familia no podéis ofrecer el apoyo o cuidado necesario por vuestra cuenta, no dudes en contactar con nosotros o con los servicios sociales para conocer las ayudas a las que podéis tener acceso.
- Cambio de roles
Después de un diagnóstico de cáncer puede cambiar la relación entre padres e hijos, o los roles dentro de la unidad familiar. Aunque no ocurre siempre, esto es habitual si tu padre o madre necesita más ayuda y cuidado. De alguna manera, nuestros padres a menudo todavía piensan en nosotros como si fuésemos «niños» pero, en caso de volverse más dependientes, nuestro papel puede convertirse en el de «padre».
Con los roles cambiantes, las tensiones a veces pueden aparecer. Puedes estar haciendo malabares con el trabajo, la vida familiar, las necesidades de tus propios hijos y también con el cuidado de tus padres. Habla abiertamente con tus padres sobre sus necesidades y las tuyas, buscando una manera en la que todos podáis hacer frente a los cambios que están ocurriendo. Sentirse mal, fatigado o frustrado puede cambiar la forma de pensar de la persona mayor. Tú también puedes tener momentos en los que te muestras más enérgico o irritable y luego te sientes culpable. Daros espacio y tiempo para seguir haciendo las cosas que son importantes para vosotros.
- Disfruta de tiempo de calidad
Regala a tus padres pequeños caprichos que puedan ayudarles en los días en que el cáncer y su tratamiento os están desgastando. Siguen siendo las personas que siempre fueron y, a veces, la agenda del cáncer (visitas, controles, tratamientos, analíticas…) puede arruinar el tiempo de calidad juntos. Tal vez algo sencillo como ver una película, salir a pasear durante el día o simplemente mirar fotografías y charlar sobre viejos recuerdos.
- Planificar el futuro de un familiar con cáncer
Si el cáncer de tus padres no responde al tratamiento, o si están empeorando, tiene sentido tener una conversación cercana sobre el futuro. Esto puede incluir hablar de temas económicos o testamentos.
Es posible que tus padres también tengan una opinión sobre dónde les gustaría que los cuidaran, en caso de que se sientan peor. Si bien estas conversaciones pueden parecer difíciles, a menudo la persona enferma ya ha estado pensando en estas cosas. Si no quiere hablar sobre ello, no insistas y dale espacio, quizás más adelante lo hará.
Si tu o tus familiares queréis hablar sobre cualquier inquietud relacionada con estos temas, podéis acercaros al Centro Kalida para hablar con nuestra asesora en servicios y prestaciones sociales. Los servicios sociales también pueden ayudarte a tener este tipo de conversación con todos vosotros como familia.
- Tiempo para ti
Si estás cuidando a tus padres, tómate un tiempo para cuidarte a ti mismo también. Los descansos regulares, la oportunidad de ponerse al día con otros familiares y amigos y encontrar tu propio apoyo pueden ayudar a prevenir el «agotamiento» del cuidador. Es tentador pensar que puedes hacerlo todo, pero nadie puede. Cuidar es agotador, física y mentalmente.
¿Cuidas a una persona con cáncer? En Kālida te acompañamos
No reprimas los sentimientos que puedas estar experimentando por cuidar a un familiar con cáncer. Si puedes, habla sobre cómo están las cosas con el resto de la familia. Tú y/o tus padres encontraréis realmente útil venir o llamar al Centro Kalida para obtener apoyo tanto práctico como emocional.
Ofrecemos diversos talleres, sesiones y cursos para cuidadores principales de personas con cáncer:
- Curso “Te cuido, me cuido”.
- Taller «El Buen dormir».
- Sesiones de Relajación.
- Taller de nutrición «Comer sano».
- Sesiones de Arteterapia.
- Curso de Mindfulness.
- Curso Vivir bien con estrés.