8 consejos para gestionar el estrés cuando convives con el cáncer

El estrés puede ser positivo, porque nos ayuda a sentirnos más resistentes y a actuar cuando lo necesitamos. Sin embargo, si se mantiene durante períodos largos, puede ser una carga adicional agotadora en un momento ya difícil. Comprender el estrés y el cáncer y desarrollar tu propia manera de gestionarlos, te ayudará a sentirte mejor y a concentrar tus energías en aquello que tú elijas. Y es importante aprender a gestionar el estrés y el cáncer combinados.

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Convivir con el cáncer puede provocar altos niveles de estrés. Aquí encontrarás información sobre el estrés y el cáncer y sobre cómo Kālida puede ayudarte a crear tu “kit de herramientas” para afrontarlo y a aliviar el estrés mientras se convive con el cáncer.

¿Qué es el estrés?

El estrés es la forma en que tu cuerpo responde a circunstancias retadoras. En momentos de estrés, el cuerpo libera sustancias químicas – cortisol, adrenalina- para darle un impulso de energía, aumentar la capacidad de recuperación o ayudar a controlar las emociones durante un momento difícil. Esto puede ser realmente útil a corto plazo, sin embargo, a largo plazo, estas sustancias químicas pueden llegar a tener efectos adversos.

Efectos emocionales del estrés: gestionar el estrés mientras se convive con el cáncer

Si estás estresado, seguramente puedas experimentar tus emociones mucho más intensamente de lo habitual. Puedes tener momentos de llanto, sentirte irritable, tener sentimientos que no puedes controlar o puedes sentirte desapegado e insensible. Gestionar el estrés mientras se convive con el cáncer es una tarea fundamental para el bienestar emocional de los pacientes y de sus familiares.

Efectos físicos del estrés

El estrés también puede desencadenar síntomas físicos que incluyen dolores de cabeza, síntomas de intestino irritable y erupciones cutáneas. Es posible que no puedas comer o dormir, sentirse mal o tener resfriados frecuentes, ya que el estrés puede reducir tu resistencia a las infecciones.

Estrés y cáncer

Las personas muestran estrés de diferentes maneras y los efectos pueden acumularse lentamente con el tiempo. Esto significa que puede ser difícil notar signos de estrés a largo plazo y la presión adicional que éstos causan.

Algunos factores que se suman al estrés en las personas con cáncer y sus familias son:

  • Preocupación por la incertidumbre del futuro.
  • Tratamientos agotadores y visitas frecuentes al hospital.
  • Cambios físicos.
  • Preocupaciones financieras y laborales.
  • Presiones en las relaciones.
  • Sensación de pérdida de control sobre sus vidas.

El cáncer suele traer consigo nuevas exigencias, que hacen que las estrategias habituales para gestionar el estrés parezcan inadecuadas para la intensidad de tus emociones. Probablemente te sientas presionado para encontrar nuevas formas de comunicar tus propios sentimientos o de escuchar los de las personas más cercanas a ti.

Es posible que debas responder a las preocupaciones y miedos de otras personas, por ejemplo: que te digan «debes mantener una actitud positiva», personas que intentan evitarte… y aquellos que quieren que compartas todos los detalles.

El estrés también puede aparecer cuando finalizas el tratamiento. Durante el mismo, la mayor parte de tu tiempo y energía se concentra en tu tratamiento y en tu salud. Es solo cuando la crisis inmediata termina y estás tratando de adaptarte a tu vida después del cáncer que sientes el estrés.

8 consejos para gestionar el estrés

Gestionar el estrés incluye controlar tus pensamientos, emociones, preocupaciones y cómo tratar con los problemas. También puede implicar hacer cambios y recuperar el control de otras áreas de tu vida, por ejemplo, mediante el ejercicio y una dieta equilibrada. A continuación, encontrarás 8 consejos para gestionar mejor el estrés y el cáncer:

  1. Prioriza tu salud. Esto ayudará a su capacidad de recuperación física y emocional. Trata de dormir lo suficiente, seguir una dieta equilibrada y beber mucha agua, ya que mantenerte hidratado ayuda a la memoria y a la concentración.
  2. Haz ejercicio. El ejercicio suave tiene muchos beneficios durante y después del tratamiento contra el cáncer, entre ellos que ayuda a controlar el estrés.
  3. Planifica tu tiempo. prioriza las tareas, permítete tiempo para tomarte las cosas paso a paso, abordándolas una a una para evitar sentirte abrumado. No sientas la obligación de tener que responder a todos los mensajes, e-mails o llamadas telefónicas.
  4. Tómate tiempo para ti. Cada día deja un espacio para hacer algo que disfrutes, por pequeño que sea.
  5. Aprende a decir que no y a pedir ayuda cuando la necesites. Las personas generalmente están dispuestas a ayudarte de diferentes maneras, a menudo simplemente no saben cómo pueden hacerlo, hasta que tú se lo pides.
  6. Aprende a manejar tus pensamientos. Los pensamientos y cómo pensamos están estrechamente relacionados con cómo nos sentimos. Los pensamientos no son hechos y hay estrategias que puedes aprender para ayudar a manejar esas preocupaciones.
  7. Haz ejercicios de relajación y respiración. Si los haces con regularidad, pueden ayudar a reducir el estrés y también son técnicas útiles para ayudarte a sentir que mantienes el control cuando te sientas abrumado.
  8. Cuéntale a alguien (familia, amigos, médico de cabecera, equipo del hospital) cómo te sientes. Pásate por Kālida, donde podrás hablar con las profesionales de nuestro equipo y con otras personas que están pasando por lo mismo que tú.

En Kālida realizamos el curso gratuito de seis semanas “Vivir bien con Estrés” para cualquier persona afectada por cáncer. También ofrecemos sesiones grupales de relajación, cursos de mindfulness y clases de ejercicios suaves como yoga y marcha nórdica. Todos ellos especializados en aliviar el estrés mientras se convive con el cáncer.

Aquí podemos ayudarte a crear tu propio “kit de herramientas para el control del estrés”. Pásate.

 

Contenido elaborado por el equipo de profesionales de la red internacional Maggie’s, de la que Kālida forma parte.

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